El artificio de la escritura / The artifice of writing
Escribe Herótoto que Kheops, a diferencia de su antecesor, llevó al pueblo egipcio a la más abyecta miseria y les oligó a todos sus súbditos a trabajar para él. Sólo la construcción de la pirámide destinada a su tumba tuvo un enorme costo humano.
El historiador griego, como todo vistante que se admira de la grandeza y perfección de las pirámides de Giza, no pudo no pensar en la desproporción inaceptable--entre el poder absoluto de
un grupo dominante y la miserable esclavitud de la gran mayoría--que estos monumentos representan.
Como tanta obra monumental del pasado, muchas del presente hablan también del triunfalismo prepotente de unos pocos que tienen la osadía y el descaro de abusar de la debilidad e impotencia de los más.
Poco a poco, tal vez demasiado lentamnte, el otoño va cediendo en la tibieza de sus últimos días a lo que serán los días fríos del invierno que se aproxima. Las tardes--las largas cálidas tardes de hace unos semanas--se van haciendo imperceptiblemente más breves: el sol se inclina y alumbra con esplendor reprimido. El aire se mueve apenas con una brisa no muy fría todavía. El follaje ya reseco y ajado, cumplida su función, se va desprendiendo de los árboles todavía luminosos. Y todo esto porque con la regularidad de una ley inmemorial, por anterior al tiempo, el orbe inclina el eje en otro ciclo anual, orbe atrapado desde siempre y para siempre en el reloj exacto de las esferas, joya diminuta en la maquinaria inmensurable de lo que existe.
La tarde del tardío otoño no puede ser más perfecta en este mínimo espacio de mi presencia.