El artificio de la escritura / The artifice of writing


martes, 26 de febrero de 2013

Humanización de Pontificado

Roberto G. , desde Madrid escribe este comentario que complementa uno anterior mío en este blog: " La renuncia del Papa puede traer una mayor 'humanización' del Pontificado frente a la tradicional y prioritaria 'sacralización' del mismo. El hecho de su edad, de las circunstancias agobiantes de los problemas internos del Vaticano, de la transformación ineludible del mundo, etc. han puesto al Papa en una posición en que resistir a estos embates con las fuerzas del cuerpo y de la mente, han sido insuficientes. La presencia del Espíritu Santo y la energía de la santidad y de la Gracia deberían haber sido --para los que creen en estas fuerzas e iluminaciones-- suficientes para afrontar tales retos humanos. Pero no ha sido así, en la decisión del Papa Benedicto ha primado probablemente su condición humana y ello precipitará --es una intuición-- la humanización del Pontificado y desde esa situación todo es esperable, incluyendo la transformación de la Iglesia. Otra posibilidad es sin duda que el Papa haya querido conscientemente --y digamos que iluminado por el Espíritu Santo-- renunciar, y de esta manera abrir las puertas a otra fase o período de la vida del mundo y de la Iglesia".


jueves, 21 de febrero de 2013

El cristal de la mirada

Lo inasible define a la conciencia en su esencial limitación. Esto, dicho en términos negativos que responden a un modo de entender el mundo, a una lente diseñada así, como una lente que capta la realidad, que la describe, de un modo peculiar, no el único posible.

Un optimista lo habría puesto de otra manera. Porque, como lo dice la sabiduría popular, “todo depende del cristal con que se mira”.


Es un asunto de cristales—prismas, filtros, lentes, gotas de lluvia a contraluz en la ventana, lágrimas—esto de entender lo que se mira. El ojo observa, ve a su modo, e informa. El mundo no es el mismo, no puede serlo, para el ojo miope y lacrimoso que para el otro, aquilino e inyectado en indignada sangre.

La realidad se multiplica en el caleidoscopio de las múltiples miradas y no hay concierto posible sino en la casualidad de los reflejos que, como dados arrojados en la mesa, proponen una cifra—cualquiera-- tal vez indescifrable.

lunes, 11 de febrero de 2013

Decision inesperada


La noticia de hoy, la que a infinidad de católicos ha sorpenido por lo inesperada y lo inaudita me hace recordar una reciente película italiana, Habemus Papam (2011) (www.youtube.com/watch?v=E7KqXzoKvfAque con no poco sentido del humor y buena capatación de la psicología humana, individual y colectiva, inventa la anécdota de un cardenal, que elegido papa por el resto de los cardenales, se escabulle del Vaticano por sentir que no tiene las condiciones ni la capacidad para desempeñar el cargo de Santo Padre, Patriarca de la Iglesia.

Piensa uno, y comprende, que el Papa actual, el verídico, el que ha servido de pontífice  estos últimos años, ha debido sentir, como el Papa de ficción, su humana limitación de anciano disminuído física y mentalmente por el paso incesante de los años y, contradiciendo la tradición, que le dicta morir en su condición de patriarca, ha decidido sabiamente dejar el cargo y, como tantos otros de avanzada edad, jubilarse y dar por cumplida su tarea. 

Como al rey que abdica, se lo criticará al Papa por romper una tradición de siglos que, invistiéndolo de la superioridad espiritual que concede la autoridad divina, lo vuelve superior a todos, infalible en cosas del espíritu. Al renunciar a su condición de figura extraordinaria, de representante de Cristo entre sus criaturas, de ser dotado de una santidad no común en los humanos, el Papa tal vez se  convierta para muchos en un transgresor, alguien que traiciona una causa espiritual al revolcar su símbolo más directo en el fango de lo puramente humano. 

Por otra parte, habría que admirar la humildad del que desde tan alto trono reconoce su debilidad e incompetencia de hombre de edad y opta por el bien de todos, y sin duda también por el suyo, y decide dejar, para que otro más apto lo empuñe, su báculo de Obispo de Roma. Al hacerlo abre las puertas a la expectante realidad de una tradición renovada.

Un gesto a veces basta.


jueves, 7 de febrero de 2013

Writer’s Block ::: Bloqueo mental

Esto de escribir es un asunto caprichoso. Se puede un escritor pasar días, semanas, meses sin que se le ocurra ni una palabra que escribir y, de pronto, cuando menos se lo espera, le surgen solas como un rumor que llega de ninguna parte, o de quizás donde, infinidad de palabras con que tiene que llenar apresuradamente páginas y páginas de textos que lo dejan sorprendido. 
Será el susurro de la musa.












This writing thing is a capricious matter. A writer might spend days, weeks, even months unable to write a word and, suddenly, when the writer less expects it, words come forth by themselves as a soft voice from nowhere, or who knows from where, and the writer has to fill hurriedly pages and pages of bewildering texts.
It might be the Muse’s breath.