Escribir y redactar
Nota previa a esta nota de hoy: Siguiendo el hilo de lo que me ha estado intrigando últimamente en relación con esto de mantener un blog añado un comentario más que puede no interesarle a nadie que no tenga interés ni curiosidad en el "artificio de escribir".
Concebí este blog hace años atrás como un instrumento de trabajo y una invitación a otros a participar en el oficio de escribir. Imaginé que el blog sería como una pizarra disponible a quien quisiera usarla para leer y escribir en ella los borradores de posibles textos literarios: los intentos de una obra acabada.
No tendría que decir que fue una idea ingenua e ilusa.
Años después, y habiendo fallado mi plan, sigo pensando que el blog, por no ser propiamente una publicación profesionalmente editada y aprobada por una editorial o una revista, no es más que esa pizarra donde escribir y borrar que imaginé al concebir este blog. Lo veo ahora, más íntimamente, y conforme con el fracaso del proyecto original, como mi cuaderno de borrador: el instrumento de trabajo de quien se ha inventado, para su gozo personal, una forma de cumplir con su deber de ser un ser humano.
Es éste, quede claro, un cuaderno de borradores. Lo que se escribe en él no es definitivo, como no puede ser nunca definitivo lo que se escriba, porque toda escritura es tentativa,
Hablo, por supuesto, de escribir y no redactar. Se trata de dos labores esencialmente diferentes.
"Redactar", dice el diccionario es: "Poner por escrito algo sucedido, acordado o pensado con anterioridad." En esa "anterioridad" radica la diferencia porque escribir es un esfuerzo por descubrir lo que vendrá, lo que no ha sucedido todavía, lo que no se ha acordado como lo definitivo, lo que no se ha pensado y establecido como idea, ideología o dogma. Quien redacta impone una realidad, quien escribe la escudriña, la critica, la averigua y, a fin de cuentas, la crea.
Quien redacta está seguro de lo que tiene que decir, quien escribe no está seguro de nada. Su función no es propagar lo establecido sino insinuar lo posible. Su labor no está nunca terminada, sus textos no son nunca el texto perfecto, sino todo lo contrario: el texto balbuceante de lo tentativo.
Todo lo que se entrega en este blog son borradores, textos en proceso de crearse, y por lo mismo abiertos a los comentarios que los mejoren.
Nadie más deleznable que el escritor seguro de sí mismo y orgullosamente satisfecho con lo que escribe.
Nota final: Entrada ésta que---irónicamente---mucho tiene de texto redactado)
No hay comentarios:
Publicar un comentario