Vital vaivén
No hay vuelta atrás ni modo de apresurar el avance.
El péndulo va y viene, imperturbable, viene y va el oleaje, viene el sol del alba y va al ocaso, las noches van y vienen con su caprichosa luna mudable.
Es el ritmo sostenido—vaivén del tiempo—de los instantes.
Hay a quienes este vaivén marea. Les produce el angustioso mal del mar, manifestación del vértigo esencial, el inherente al agitarse vital de las olas y los días.
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