El artificio de la escritura / The artifice of writing


martes, 18 de marzo de 2025

El oro del tiempo

Hay algo irónicamente simbólico en ese objeto icónico que es el reloj de oro, de próspera y llamativa representación. El tiempo--se dice--es oro y de oro es el objeto que lo mide y lo marca.

Mayor es la ironía--casi sarcasmo--en eso de entregar el bien ganado reloj de oro a quien, habiendo gastado ya su capital de días, jubila. 

Porque si bien se dice que el tiempo es oro, mejor que nunca se aplica tal equivalencia a quienes del tesoro de horas que tuvieron les van quedando apenas --si algo les queda--las raspaduras del fondo del cofre, ya vacío, que alguna vez refulgió, repleto del irrecuperable metal precioso que se va gastando y desgastando a diario: el tiempo. 

Que el tiempo es oro, quién lo duda. Que como el oro fulgura y es tesoro, riqueza incomparable, tampoco hay duda. 

Pero del oro difiere el tiempo en que se desprende de las manos día a día sin poder evitarlo y disminuye, irrecuperable. Se consume en un constante descuento de horas, en el pago cotidiano de los días. Se lo invierte sin más rédito que las memorias gratas, las dichas recuperadas del desgaste del olvido. 

No hay cómo ahorrar el tiempo ni acumularlo para después, para cuando el reloj marque el fin de la fortuna, la bancarrota de las horas.

Es oro el tiempo, fortuna pasajera.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué es el tiempo sino ese parpadeo tan fugaz también conocido como suspiro.