El artificio de la escritura / The artifice of writing


viernes, 24 de octubre de 2025

Un hombre y su perro




Lo vió volver la esquina y avanzar hacia él con su perro al lado, obviamente un animal obediente. Le pareció que hombre y perro se tenían cariño: algo en su modo de ir caminando juntos lo sugería. La pareja ideal del muchacho y su perro; a lo mejor su mascota en sus años de adolescencia: dos animales juvenilmente vivos, encariñados sentimentales. 
Pero aun a la distancia le pareció que no pudo haber sido compañero de esos años extraordinarios: era un perro demasiado joven, casi un cachorro en su bellísima edad de animal ingenuo, anterior a los inevitablemente dolorosos rasmillones y zarpazos de la madurez.

A medida que se le iban acercando, y por hábito curioso, trató de establecer la raza del animal. Sin duda una de esas de tamaño no muy grande y con pelaje abundante de varios colores. De paso corto, saltarín casi. A la distancia no podía juzgar adecuadamente. Se le hacía un animal indescriptible.

Ya más cerca le pareció que iba el perrito –porque perrito era–- abrigado con un chaleco excesivo para la temporada. Y habría dicho que el muchacho tomaba la trailla como si le tomara la mano a un niño. Un regalón al que se trata con sumo cuidado.

Linda pareja, sin duda. Evidencia del cariño que merecen y otorgan los perros, seres más límpidos que el más angélico de los niños.

Al írseles acercado aún más su vista pudo discernir mucho mejor lo que hasta entonces había estado viendo entre las nebulosas de su miopía de viejo que percibe su alrededor como una fantasía de su invención. Sentimental fantasía la suya que ve lindos perros infantiles tomados de la mano por su dueño.

Cuando pasaron junto él --que no pudo sino mirarlos con sorprendida desilusión--lo saludaron, padre y niño camino a la escuela, con esa deferencia un tanto condescendiente con que lo suelen saludar quienes frente a él se reconocen dichosamente jóvenes.

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