El muro en blanco
Nunca ha salido de su casa sin llevar un par de plumas y una libreta de bolsillo. Costumbre que fue aprendiendo con los días y los olvidos de palabras y visiones irrecuperables.
No es que salga a escribir y dibujar porque tenga algo que quiera mostrar ni algo que necesite decir; porque ni se dibuja ni se escribe para para mostrar o decir lo que se ve y se escucha sino lo que de pronto, en el momento menos pensado, aparece como surgido de la niebla o del silencio.
A eso sale: a deambular atento a lo que no se ve ni se oye. Y para esos momentos sorprendentes de la visión y del discurso esplendorosos están libreta y pluma a mano.
Garabatos de tinta en el papel, dibujos y escritura que son un revolver los posos de lo escondido, un rebuscar en en fondo de lo invisible, un arañar la pluma la piedra tersa del muro en blanco, encalado.
1 comentario:
Orgulloso de tus talentos como observador y escritor de diario contribuir, te describes y proyectas
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